Seremi de Medio Ambiente de Los Lagos aborda el impacto de la pandemia en la calidad del aire

Klaus Kosiel, cree que es clave seguir llamando a la conciencia  de las personas, pues la descontaminación del aire no se logra en un año. Por ello, valora la existencia de instancias, como la campaña Nuevo Aire, que permanecen en el tiempo.

A comienzos de abril se inició la llamada temporada alta de contaminación en el sur. El 1 de abril partió el periodo de Gestión de Episodios Críticos (GEC) que implica las ya tradicionales restricciones de uso de leña en ciertas condiciones y las fiscalizaciones multisectoriales, para el caso de la ciudad de Osorno.

Así lo comenta el seremi de Medio Ambiente de Los Lagos, Klaus Kosiel, quien conversó con la campaña Nuevo Aire que impulsa la Sociedad Periodística Araucanía desde hace 10 años.

En la entrevista, Kosiel comentó que en la zona hay dos realidades: mientras el Plan de Descontaminación Atmosférica en Osorno está en su quinto año de aplicación, en Puerto Montt están realizando las mediciones previas a una eventual declaración de zona saturada por MP2,5.

Y según  explicó,  para la región hay algunas novedades. Una de ellas es el adelanto del programa de recambio de calefactores para Osorno (que ya está en curso con unos 260 equipos) para instalar en junio; y en Puerto Montt donde se está integrando la estación de monitoreo en Puerto Varas para comenzar a entregar datos sistematizables.

Sin embargo, hay un tema que marca a 2020. La pandemia y los efectos que tiene directamente en la salud, como colateralmente en otro aspecto de la vida del sur: el aumento de las horas de altas emisiones de material particulado.

“La pandemia de coronavirus ha cambiado una serie de hábitos y algunos de ellos repercuten en la calidad del aire. Uno de ellos tiene que ver con que la gente está más en sus casas y consume más calefacción. Y cuando se usa la leña de manera incorrecta, genera más contaminación”, sostiene.

Con todo, cree firmemente que es clave seguir llamando a la conciencia  de las personas, pues la descontaminación del aire no se logra en un año, por lo cual valora la existencia de instancias como Nuevo Aire. “Estas campañas que persisten en el tiempo  y son de largo aliento permiten ir instalando los temas. Porque esto no se basa sólo en fiscalización”, plantea, relevando el  papel ciudadano y de responsabilidad individual en este tema.